De reseñas,poemas, ideas y días lentos

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Un día que empieza con solecito en el horizonte, mi hija dormida a lo ancho de la cama, bella como la mañana, la esperanza de un paseo en bicicleta por Chapultepec…. la nueva, serena delicadeza de los días lentos que emergen de meses y meses de encierro, mientras sé que en este mismo país no paran la minería, la construcción de megaproyectos que los pueblos rechazan, los ríos son ensuciados y los bosques talados. ¿Nueva realidad?

Hacer suelo es escribir poesía

Es leer cosas casi de casualidad. Recuperar los libros y gozar el tiempo de girar la página.

He terminado mi novela hace un mes, ¿es tiempo devolverla a leer? La he enviado a cinco amigues muy especiales, uno me dijo que hay diálogos que trabajar porque son un poco ríspidos, otra me dijo que le emocionó y se enamoró de algunas personajas, los otros no me dijeron nada, nada, nada.

Entonces me encontré una mañana en internet con una reseña que una académica joven del país español pero que escribe (bien) sobre los pueblos de Centroamérica y sus migraciones internas y sus construcciones de ciudadanía , Aránzazu Robles Santana, escribió alguna vez una reseña sobre Feminismos desde Abya Yala, en inglés. Vaya, héla aquí: https://www.academia.edu/19685519/Book_Review_in_the_Journal_of_the_Native_American_and_Indigenous_Studies_Feminismos_desde_Abya_Yala_Ideas_y_proposiciones_de_las_mujeres_de_607_pueblos_en_Nuestra_Am%C3%A9rica_Francesca_Gargallo_Celentani

Acerca de Francesca Gargallo Celentani

Escribo, soy lenta, pienso y odio las burocracias. A mis 63 años (soy de noviembre de 1956) cuando tengo calor me desvisto porque siempre me ha gustado andar desnuda. He viajado todo lo que he podido con mi hija y ahora estoy feliz de que ella viaje por su cuenta: me encanta descubrir el mundo a través de su mirada (no siempre coincide con la mía). Tengo menos fuerzas que hace 20 años, me canso más y cargo menos, pero sigo creyendo que el mundo se conoce caminándolo, cruzando fronteras físicas que se quisiera desaparecer, subiendo y bajando de vehículos, burros, zapatos, carretas jaladas por yaks (animales simpáticos, por cierto). Desconfío y evito las tecnologías que nos hacen dependientes y nos controlan el tiempo diciendo que nos lo ahorran. A este propósito: a los 55 años he dejado la academia porque está tan controlada que no deja pensar críticamente ni escribir con placer: el aprendizaje autónomo es un camino hacia la libertad

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